Por Nayeli Martínez

¿Por qué no hablo?

Aburrido, antipático, antisocial, mal amigo, raro, malhumorado, TÍMIDO… humanos, esas son algunas de las más comunes descripciones que yo y muchos otros de ustedes que leen esto tal vez hayan recibido en su vida, pero déjenme poner algo sobre la mesa o sobre el blog.

No somos nada eso, al menos no, si buscamos los conceptos correctos. Las personas INTROVERTIDAS, no necesariamente somos misteriosas y no todo el tiempo va ligado a la timidez (ya explicaré eso), no estamos analizando a cada persona en el espacio y créanme que tampoco estamos planeado acabar con el mundo, no se preocupen. La introversión es un tipo de personalidad, es algo que viene en los genes, simplemente es nuestra forma de ser, donde los ambientes con demasiada gente nos parecen agotadores o aburridos, preferimos ambientes donde solo tengamos interacción con una o dos personas o simplemente queremos nuestro espacio personal (un GRAN espacio personal). Sin embargo, podemos desarrollar habilidades sociales o no.

Quiero dejar algo en claro humanos, estos puntos no significan que seamos antisociales, o que nos prohibamos asistir a fiestas, simplemente las probabilidades de incomodidad en esos lugares se vuelven mayores cuando no tenemos la energía de estar ahí. Esto claramente genera que nos excluyamos a nosotros mismos de los grupos sociales en los que convivimos (así que tranquilícense no son ustedes, somos nosotros) otra de las razones es que por nuestra cabeza están pasando una infinidad de cosas e ideas brillantes o sin sentido y el sacarlas cuesta más trabajo de lo que muchos podrían pensar, ¡ojo aquí! extrovertidos…

Aprendizaje que no sabías que necesitabas: extra-, que significa ‘fuera de’. Por influjo de su antónimo introvertido.  Aunque ambas se consideran válidas, en la lengua culta se prefiere la forma extravertido. Ya te la sabes: puedes usar ambas, pero ‘extravertido’ y por ende, ‘extraversión’, te harán sonar más genial, dicen…

Sigamos, no quiere decir que ustedes no tengan cosas sucediendo arriba en su cabeza o que no se cansen después de una fiesta, no los estoy atacado, pero simplemente el sacarlo de nuestro sistema requiere un proceso mayor al suyo, a ustedes les gusta la gente y por eso casi nunca hablamos, solemos pensar demasiado una respuesta, por más simple que sea, ahora bien les doy un consejo NUNCA pregunten ¿por qué no convives? “te caemos mal” o el típico chiste “por fin escucho tu voz” humanos no saben el proceso que conlleva y que hagan ese chiste simplemente no es divertido, ni para alguien que es tímido, ni para un introvertido, o alguien con ansiedad social y mucho menos para alguien que sufre todos o dos de tres, de verdad no lo saben, no lo hagan. 

 Sophia Dembling autora de “El camino del Introvertido: Vivir una vida tranquila en un mundo ruidoso” (un libro muy bueno por cierto) nos dice que la introversión va más allá de la timidez, pues en realidad quiere decir que son personas más centradas en su propio mundo interior que el exterior.  

Como le dice Sophia y muchas más fuentes de información una cosa no necesariamente integra la otra. Aquí es donde todo mundo confunde los conceptos, una persona introvertida toma la energía de lo más profundo de su ser y a veces, cuando hay ganas, la gasta en el exterior.  La timidez no es ningún trastorno, ni ninguna enfermedad, aquí las personas tienen dificultad de establecer relaciones nuevas por una vergüenza excesiva, como cuando te caes y piensas que el mundo te está juzgando cuando a veces no es así no, la timidez funciona más o menos así, pero esta sí se trabaja. Los introvertidos pueden o no ser tímidos y aplica igual con los extrovertidos en algunas situaciones, ni siquiera ellos se libran de eso. 

En la ansiedad social Las personas con este trastorno tienen síntomas de ansiedad o miedo extremo en ciertas o todas las situaciones sociales, como cuando conocen a personas nuevas, salen en citas, tienen una entrevista de trabajo, responden a una pregunta en clase o tienen que hablar con alguien, incluso cuando pides una pizza, tienen miedo de ser humilladas, juzgadas y rechazadas.

Todas son cosas diferentes, sola una viene en los genes, pero presiones externas o internas Pueden derivar en las otras, si llegaste a este punto encontrarás la respuesta resumida… a veces compartir las opiniones es más difícil para algunos que para otros y muchas veces no tiene nada que ver con el grupo social, a veces es decisión propia y a veces es algo muy difícil de controlar.  

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